MUSEO DE SANTA MARÍA - BECERRIL DE CAMPOS
 
 
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PEDRO BERRUGUETE


Representa Pedro Berruguete una de las personalidades más originales de la pintura española, a caballo entre la tradición gótica y los nuevos aires del Renacimiento.

Nacido en la cercana localidad de Paredes de Nava en torno a 1450, marcharía joven a Italia, ya formado en el oficio de pintor, documentándose su presencia en el Palacio Ducal de Urbino en torno a 1476. En aquel ambiente propiciado por el Duque Federico de Montefeltro como mecenas de las artes, el joven Berruguete establecería relaciones con algunos de los grandes creadores de la Italia humanista. Su papel, no suficientemente deslindado, en la decoración del "studiolo" y la biblioteca del palacio de Urbino, debió ser ciertamente importante.

A su vuelta a España parece retomar con fuerza la tradición goticista de su formación original -tal vez para adaptarse a los gustos de su clientela-, realizando una serie de obras esenciales entre las que se encuentra este retablo de Santa María, o el magnifico retablo de la iglesia de Santa Eulalia en la cercana Paredes de Nava, cuya predela con personajes del Antiguo Testamento se encuentra entre lo mejor de su producción. De esta etapa son también las tablas conservadas en el Museo Diocesano de Palencia.

Su etapa abulense se inaugura, entre 1482 y 1493, con los tres retablos del Monasterio de Santo Tomás de Ávila, no lo olvidemos, panteón del Infante Don Juan, ilustrando escenas de la vida del santo dominico, dos de los cuales se conservan en el Museo del Prado. A ellos seguirán una serie de pinturas murales ejecutadas en la catedral de Toledo y en alguna otra iglesia de esa ciudad, y que representan la parte de su producción más adaptada al gusto plateresco.

Su última obra será el magnifico retablo de la catedral de Ávila, que no pudo terminar al sorprenderle la muerte en 1503, a los cuatro años de haberlo comenzado.

La pintura de Pedro Berruguete se caracteriza por su originalidad, no asimilable a flamencos ni a italianos, su corrección técnica, su realismo absoluto inspirado en el mundo cercano que le rodea, el color exacto con empastes y modelados vigorosos, y la enérgica a la par que serena expresividad que traslucen sus personajes, que ha llevado a considerarlo precursor del gran retrato español.

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Última actualización: FEBRERO de 2002