San Pablo



Tan importante en la historia de la ciudad como el convento de San Francisco lo fue el de SAN PABLO, fundado éste por santo Domingo de Guzmán en el siglo XIII. En él se celebraron Cortes Generales en 1313 y tuvo un Estudio General en el siglo XVI, con cátedras de Teología y Artes. La iglesia actual fue reconstruida en los siglos XV y XVI y la fachada de los pies, remodelada en el XVIII. En el exterior destaca su cabecera, un ábside con ventanales renacentistas y una bella balaustrada, y la espadaña de dos cuerpos de la portada principal, del siglo XVIII. En el interior se pueden apreciar sus tres grandes naves separadas por pilares compuestos que sostienen la bóveda central de crucería con combados. El ábside corresponde al mausoleo de los marqueses de Poza, cuyos nichos funerarios se encuentran en los muros laterales, decorados con estatuas orantes: a la izquierda, de don Juan de Rojas y de doña María Sarmiento, obra de Francisco Giralte; a la derecha, de los terceros marqueses de Poza, de Antonio de Riera. En el centro está el retablo mayor; plateresco y atribuido a la escuela de Felipe Vigarny, y la cubierta está magníficamente decorada por bóvedas estrelladas del siglo XVI. Recientemente se ha colocado en el frontis una sillería del siglo XV. Otros elementos decorativos del templo son el retablo de la Piedad de la capilla del deán Zapata, con altorrelieves gótico flamencos enmarcados en doseles afiligranados, y las rejas de distintos siglos que cierran las capillas. La sacristía es barroca y tiene una cajonera de taracea y pinturas del siglo XVII. El conjunto está considerado Monumento Nacional.

 


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